Bruselas.- Alrededor de seis millones de litros de bebidas alcohólicas, incluidos vino y cervezas, de mala calidad, de contrabando o falsificadas han sido incautadas por las autoridades aduaneras y policiales de 24 países europeos durante un operativo dirigido por la Oficina Europea de Lucha contra el Fraude (OLAF).
En este operativo dirigido específicamente a las bebidas alcohólicas ilícitas, las autoridades nacionales de la mayoría de los países europeos, incluidos España, Alemania, Francia y Países Bajos, se han incautado de alrededor de seis millones de litros de bebidas con alcohol que eran falsificadas, de mala calidad o de contrabando.
En un comunicado, el director general de la OLAF, Ville Itälä, explicó que “esta cuestión va mucho más allá de los ingresos públicos: también protegemos la salud y la seguridad de los consumidores europeos, así como las empresas legítimas”.
Cada año, esta operación, conocida como Opson, se centra en la lucha contra la falsificación de alimentos y bebidas, así como el fraude alimentario en general. En total, las autoridades europeas se incautaron este año de 8.000 toneladas de productos ilícitos durante 400 inspecciones, según la agencia Europol.
Además de las bebidas alcohólicas, fueron incautados cereales, granos y productos derivados, frutas, verduras, legumbres, productos dulces y azucarados, carne y productos cárnicos, mariscos, y productos lácteos, entre otros.
Tras la crisis de la COVID-19, Europol destacó los riesgos de fraude relacionados con el reciclaje de alimentos en mal estado o caducados para reducir los costes de producción, por lo que las autoridades nacionales involucradas en la operación realizaron controles de la cadena de suministro de alimentos, detectando una serie de irregularidades.
Este año, por ejemplo, se ha detectado a “una escala sin precedentes la tendencia relativamente nueva” de volver a etiquetar alimentos caducados.
“En la mayoría de los casos, las organizaciones criminales se acercan a las empresas de eliminación de residuos y compran alimentos que deberían haber sido destruidos. Luego borran las fechas de caducidad de las etiquetas e imprimen otras nuevas para reemplazarlas. La calidad de la comida es mala, pero también presenta riesgos peligrosos para la salud, como ocurrió en un caso de conservas de pescado”, señaló Europol.
Dos investigaciones dirigidas por la Guardia Civil española, una en Sevilla y otra en Zaragoza, se centraron en el fraude relacionado con productos cárnicos.
En la primera investigación, dos personas fueron imputadas por delitos contra la salud pública, falsificación y estafa por tráfico de jamón sin trazabilidad y con fecha de caducidad manipulada. La operación dio lugar a la incautación de 48.896 kilos de carne y 3.000 piezas de jamón y embutidos.
El otro caso se centró en una red criminal que traficaba con carnes, pescados y mariscos caducados, y los resultados de la operación incluyen ocho detenciones, 48 personas bajo investigación, así como la incautación y destrucción de más de 25 toneladas de productos alimenticios.