El 16 de septiembre de 1987, se firmó el Protocolo de Montreal, un acuerdo internacional clave para la protección de la capa de ozono. Esta iniciativa llevó a la ONU a proclamar el Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono, recordando la importancia de este gas que actúa como escudo contra los dañinos rayos solares.
Ubicada entre 10 y 40 kilómetros sobre la Tierra, la capa de ozono absorbe la radiación ultravioleta, crucial para la vida. Los esfuerzos globales por reducir las sustancias que la deterioran han resultado en mejoras significativas, aunque el “agujero del ozono” sigue siendo un recordatorio del desafío pendiente.