La ONG pro derechos humanos Human Right Watch (HRW) denunció este lunes el encadenamiento de personas con problemas de salud mental en Ghana, una prohibición impuesta en 2017 a la que aún no se le ha puesto fin.
«La prohibición de los encadenamientos por parte del Gobierno de Ghana en 2017 y las promesas de abordar este abuso no han puesto fin al encadenamiento de personas con discapacidad psicosocial», dijo en un comunicado la subdirectora de derechos de las personas con discapacidad de HRW, Elizabeth Kamundia.
«El Gobierno debe hacer cumplir la prohibición para que se quiten las cadenas y ayudar a las personas a mejorar sus vidas. Una persona encadenada ya es demasiado», añadió.
HRW realizó una investigación en dos centros de sanación espiritual, conocidos como «campamentos de oración», donde descubrió que diez personas «permanecían encadenadas contra su voluntad, en lo que equivale a una detención indefinida y otros malos tratos».
Una mujer de 19 años se encontraba encadenada en una «habitación destartalada y mal ventilada» porque, según HRW, «el personal no quería que comiera», ya que «el ayuno era el tratamiento prescrito para su enfermedad y que era necesario para su ‘liberación’».
Las personas detenidas compartieron con HRW que padecían «hambre constante y punzante debido a la escasez de alimentos».
La ONG fue testigo de una serie de graves abusos contra los derechos humanos en ambos campamentos en Ghana, en el Pure Power Prayer Camp, en la ciudad de Mamfe, y el Centro de Oración Mt. Horeb, en la localidad de Adeso, ambos en el sur del país.
«Negación de una alimentación adecuada, condiciones insalubres y falta de higiene, falta de acceso a la atención sanitaria, privación de libertad y denegación de libertad de movimiento», fueron algunos de los abusos llevados a cabo en los campamentos, según HRW.
En Ghana, según la organización, las familias suelen llevan a personas con enfermedades mentales «reales o supuestas a curanderos religiosos o tradicionales, debido a la creencia generalizada de que una maldición o brujería causan esas discapacidades».
Kamundia aseguró que el Gobierno de Ghana «deja que estos campamentos funcionen con una regulación mínima y sin repercusiones por violar los derechos de las personas con discapacidad psicosocial».
HRW, además, indicó que según la Ley de Salud Mental de Ghana de 2012, las personas con discapacidad psicosocial «no serán sometidas a tortura , crueldad, trabajos forzados ni ningún otro trato inhumano, incluido el encadenamiento«.