La organización ecologista Greenpeace y cincuenta científicos africanos pidieron a los gobiernos del continente que impulsen la transición de sus países hacia las energías renovables, días antes del inicio en Dubái de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP28).
«Los ciudadanos africanos están sintiendo el calor y experimentando la sequía, la inestabilidad en el suministro y los precios de los alimentos, la ebullición de los océanos y el impacto de la disminución de los bosques. El mundo está en llamas, literalmente», denunciaron en una carta remitida este martes a EFE.
«Las inundaciones (…), los ciclones y los incendios forestales se están volviendo menos predecibles y más intensos, destruyendo vidas y desplazando a decenas de miles de mientras la crisis climática se profundiza», añadieron.
En la misiva, los científicos lamentaron que África sea uno de los lugares del mundo más vulnerables a este fenómeno y subrayaron que algunas partes del continente ya sufrieron entre los años 1900 y 2000 un calentamiento de 2 grados respecto a la era preindustrial, el límite marcado por el Acuerdo de París (2015).
Además, con el continuo aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero, se prevé una subida de unos 6 grados de la temperatura media anual en África para finales de este siglo, alertaron.
«Espero que, al final de la COP28, se hayan adoptado resoluciones que garanticen que el fondo de la ONU para pérdidas y daños y los planes nacionales de adaptación se financien con los ingresos de quienes son los principales responsables de la crisis climática y tienen más capacidad para pagar, en particular la industria de los combustibles fósiles», dijo uno de los firmantes, el ambientalista Corneille Ewango Ekokinya, de la Universidad de Kisangani, en la República Democrática del Congo (RDC).
Así, los científicos pidieron a los gobiernos africanos que aceleren los esfuerzos para eliminar gradualmente las «costosas y destructivas» inversiones en combustibles fósiles en el continente y que pongan fin a la exploración de petróleo y gas.
Los firmantes exigieron asimismo que se protejan los llamados sumideros de carbono y se evite la pérdida de ecosistemas como las turberas, los bosques tropicales y los océanos, garantizando que tanto gobiernos como empresas respetan los derechos de los pueblos indígenas y sobre la tierra.
También rechazaron lo que consideran «desviaciones» de las soluciones climáticas «reales», como los mercados de créditos de carbono o de biodiversidad, unas medidas que muchos gobiernos africanos están impulsando.
«Estamos inmersos en una crisis climática de origen humano, que se hará mucho más catastrófica si no actuamos», resaltaron.
Los científicos y Greenpeace lanzaron este mensaje después de que Kenia acogiera el pasado mes de septiembre la primera Cumbre del Clima de África (ACS, en inglés), donde una veintena de jefes de Estado y de Gobierno africanos y líderes de organizaciones internacionales buscaron consensuar sus demandas frente a la COP28, principal foro político para abordar la crisis climática.